Milos Benson Brais
Que tu primer impulso no sea preguntar, sino hacer
Que tu primer impulso no sea preguntar, sino hacer.
No hay nada que saque más de quicio a un jefe que pedir a un subordinado que haga algo y éste comience a formular una retahila interminable de preguntas cuyo fin es ahorrarse parte del (o todo el) trabajo y que dice muy poco en su favor.
¿Un ejemplo de esto?
- Paco, trae el tratado sobre las obras del epistolador de vademécums de muchachada nui, el libro de reclamaciones y la hoja de despidos.
- ¿Para qué? -primera pregunta a evitar a toda costa.
- ¿Donde está lo segundo y lo tercero? ¿Y qué cojones es lo primero? -más preguntas que te puedes ahorrar.
- ¿La hoja de despidos es la blanca o la marrón? -Más de lo mismo.
- ¿Donde guardamos los tratados raros? -Ídem.
- ¿No se lo puedes pedir a otro? Estoy ocupado. -Ni se te ocurra.
- Cuando crees que me ves cruzo la pared, hago chás y aparezco a tu lado. -Nada de divagar.
- ¿Me vas a despedir? -No tientes a la suerte.
- Hazme un mapa y dame dos horas. -Este tipo de sinceridad no es aconsejable.
- Vale, pero espera porque primero voy a ir al baño, luego bajaré al bar porque solo faltarán quince minutos para la media hora del almuerzo que mágicamente se convertirá en una, después cruzaré la calle a comprar tabaco y puede que vea a alguien conocido y me pare a charlar. Cuando tenga el tabaco me fumaré el pitillo y después vendré a verte para que me recuerdes qué tenía que buscarte porque no me lo apunté. Si fueras un jefe inteligente irías tú mismo a buscar la hoja de despidos y me tirarías a la calle de una patada, y en las pelotas, que duela, que me lo tengo merecido. -Hemos quedado en que no se puede ser tan sincero (ni tan incompetente).
Aunque parezca mentira el mundo está lleno de tipos así, incapaces de hacer por su cuenta una sola tarea sin formular antes quinientas preguntas y demasiado negados como para cumplir luego diligentemente con el encargo.
Por ese motivo, si te sales de la cesta, si te conviertes en alguien que hace las cosas, si te muerdes la lengua cuando vayas a preguntar y te buscas las castañas para ir siempre un paso por delante de tu jefe, no tardarás en ser tú el jefe.
Que tu primer impulso no sea preguntar, sino hacer.