Como leí una vez en uno de los libros de Jack Candfield y Mark Victor Hansen, en todas las escuelas debería hacerse un "Funeral del No Puedo" para enseñar a las próximas generaciones que todo es posible si mantenemos una actitud positiva. La idea era hacer escribir a los niños todos los "No puedo" que hubiesen dicho alguna vez en su vida (o los que decían sus papás) y enterrarlos en una bonita ceremonia en el patio del colegio. A partir de ese momento, si alguno tenía la tentación de decir "No Puedo", recordaba que los "No puedos" estaban muertos y enterrados.
Es algo que debería enseñarse en la escuela. Deberían explicarnos que es perjudicial para nosotros decir "No puedo hacerlo", y que es mucho más beneficioso decir "Me capacito a mí mismo para conseguir lo que quiero".
Deberíamos recordar siempre que, como padres, jamás debemos decirle a nuestro hijo que no sirve para nada, sino todo lo contrario.
Es complicado mantener siempre una actitud positiva, sobretodo porque para conseguirlo debemos ser conscientes de cómo pensamos, de qué decimos y de cómo nos perciben los demás, y eso es un trabajo de titanes. Pero a todos los sitios se llega, aunque sea con pasos pequeños, y quizá una manera de empezar sea celebrar un pequeño funeral con tus "No puedo" aunque ya no seas un niño (o quizá, con mayor razón).